30 de octubre de 2011

Proyecto de octubre 2011: Especial Halloween


Hola a todos, aquí les dejo mi historia de terror aunque no estoy segura que de miedo alguno. Me disculparan pero unas partes del texto están rosas!!! y no lo pude cambiar, soy bastante inexperta con el word >.< besos y gracias de antemano por leer y opinar :)

"–¿Acaso crees que los monstruos no pueden amar?– Lola tembló al sentir aquellas alas quemandole la piel. No tenia otra opcion, moriría... por lo que se encomendó al amor de aquel angel de la muerte, para salvarse a si misma."

La ultima noche

Dolores daba vueltas en su cama, le era imposible conciliar el sueño y cada vez que cerraba los ojos, lo único que veía eran horribles seres intentando atraparla. Hace un año que aquella maldición había caído sobre ella y desde entonces no había vuelto a dormir plácidamente; esos espíritus, monstruos, demonios o lo que fuesen la perseguían y atormentaban a cada momento, se burlaban de ella y hacían pedazos sus nervios. Todavía recordaba todo tan bien, ese día hace un año, el terrible 31 de octubre en el que ella y sus amigos decidieron no ir a dormir y fastidiaron grandemente a los del más allá.

Desde esa fatídica noche, sus amigos comenzaron a desaparecer. Pero ella seguía ahí, por alguna razón el misterioso espíritu de Halloween no se la había llevado, en su lugar, la torturaba todos los 365 días del año sin descanso alguno.

Dolores, o mejor conocida por todos como “Lola la oscura”, rompió a llorar estaba cansada de todo aquel pánico y sufrimiento, muchas veces había considerado la opción de acabar con su propia vida de una vez por todas, pero no se hallaba segura de que la muerte fuese a ponerle un fin a tan terrible maldición.

Lola se sentó en la orilla de su cama y perdió su mirada en la oscura habitación. El silencio reinaba su casa, comenzó a sentir tranquilidad por un momento hasta que escuchó algunos perros ladrar y aullar dolorosamente, luego dio un pequeño brinco al oír ruidos proveniente de la sala de estar… pero el corazón de Lola se contrajo cuando escucho con claridad un fuerte golpe en el pasillo y un grito fantasmal que le congeló la sangre.

–Lola… –un leve susurro bastó para que la chica asustada intentara prender la luz, sin éxito, y esconderse finalmente bajo su cama.

La perilla de aquella vieja puerta comenzó a girar lentamente y Lola tapó su boca con ambas manos, evitando gritar. Finalmente la puerta se abrió… Lola tembló y deseó que la maldición terminara de una vez por todas. Pero no fue así.

–Lola, no tienes que esconderte… no te lastimare como los otros. Ya no pueden controlarme, he logrado liberarme, está bien… ¡te encontré! –Gritó el muchacho al ver bajo la cama– vamos sal de ahí, toma mi mano.

Lola tenía tanto miedo, su corazón no paraba de latir. Aquel misterioso muchacho usaba un extraño traje negro con cadenas, púas que se le clavaban en su piel… una piel tan pálida y sangre. La mayoría de él estaba manchado de sangre e incluso su rostro que se ocultaba detrás de una melena castaña, lograba mostrar una sonrisa torcida y desquiciada…y tras él unas inmensas alas se extendían.

–¿Quién eres? –dijo la muchacha, arrastrándose lentamente hasta salir de su escondite. Por alguna razón le había parecido buena idea hacer lo que aquel deformado ser le decía.

–ya no sé quién soy. Hace mucho era el ángel de la muerte de este lugar, encargado de llevar al descanso eterno a todas las almas que aquí pereciesen pero ahora… soy un monstruo. Desde que fui atrapado por la maldad de la sangre, este ha sido mi castigo… los otros también son así, hace mucho todos ellos eran seres insignificantes que cumplían sus deberes en las sombras pero la sangre nos consumió y ahora somos los sirvientes de ese mal.

– ¿Entonces antes eras un demonio? ¿En eso te convierte la sangre? –hace un año Lola se habría reído de toda aquella historia, asegurando que no existían tal cosa como fantasma, demonios… pero ahora era diferente. Ahora era consciente de la existencia de esas fuerzas poderosas e inimaginables que obraban sobre el mundo.

–Así es. Cuando eres bañado por la sangre de un inocente es el castigo que recibes –los ojos de aquel monstruo mostraron una tristeza profunda, lo que le hizo preguntarse a Lola, que tan terrible era el pasado de aquel que alguna vez había sido un ángel.

–Y dime ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me dices todo esto? ¿Qué me ocurrirá?

–La única razón por la que estoy aquí contigo esta noche, es porque te amo –aquello congelo por completo a Lola, e hizo que palideciese. ¿Acaso ese monstruo podía sentir amor?

–no comprendo…

–me enamore de ti desde hace un año, aquella noche… por eso te protegí y todo este tiempo he estado a tu lado aunque no me hallas visto, por ti recupere mi libertad. El amor que siento por ti es mucho más fuerte que el control de la sangre, me convertí en tu ángel protector y por eso…

–basta… ni siquiera me conoces, es imposible que me ames. Además tú que sabes de amor, eres un monstruo, asesinaste junto a todos ellos a mis amigos…

–Yo te conozco más que nadie, he estado a tu lado todo este tiempo, he compartido tu dolor, lágrimas, sufrimiento… créeme que soy la persona que más quiere en este mundo verte sonreír. No sé nada sobre el amor humano, lo admito y mi pasado no me enorgullece para nada, pero cuando te veo sé que a lo que todos llaman amor eres tú.

–tú no puedes amarme… es imposible. Eres un monstruo… mátame de una vez por todas.

–¿Acaso crees que los monstruos no pueden amar?– Lola tembló al sentir aquellas alas quemándole la piel. No tenía otra opción, moriría... por lo que se encomendó al amor de aquel ángel de la muerte, para salvarse a sí misma.
El ángel le robo un beso de sus labios y la escondió en su más profundo ser, del terror de la noche. Al parecer ese era el final de todo, sin embargo se sentía tan bien. Dolores cerró sus ojos y no vio mas aquellos espíritus acechándola, el estar con aquel extraño ser la llenaba de libertad, paz y tranquilidad.

–Gracias –le dijo Lola viéndolo a la cara, se hallaba sobre ella, llenándola de todo aquel amor que pensaba perdido. Ella no lo amaba y era consciente de eso pero estaba tan agradecida con el por haberla hecho tan feliz quien sabe cómo y no importaba nada más que aquel momento en el que parecía libre de todo.

–Me basta con verte sonreír –le dijo al oído e inmediatamente Lola comenzó a reír.

–me encantaría poder amarte, pero creo que me es imposible.

–está bien. La próxima vez será… La próxima vez hare que me ames tanto como lo has hecho antes. –la joven se perdió en aquellas palabras, pero le parecían demasiado hermosas como para deber ser comprendidas y decidió entregarse por completo.

A la mañana siguiente, el cuerpo de la joven fue hallado sin vida en su habitación, una hermosa sonrisa se dibujaba en su pálido rostro…era como si su atormentada alma al fin había encontrado el descanso eterno y la paz... tal vez había sido guiada por algún ángel.