Los niños solitarios
Érase una vez en el espacio exterior, una pequeña y curiosa estrella. Su madre la amaba y cuidaba con fervor todo el tiempo, y un día la estrellita preguntó:
—¿Cuál es el nombre de ese planeta lejano?
—es el planeta Tierra, mi amor.
—¡que colores más extraños! Quiero conocerlo, mami.
—¡ni lo digas! es peligroso que vayas ahí... ese mundo es muy hermoso y existen cosas maravillosas en él; por desgracia también existen muchas terribles y dolorosas cosas... eres una pequeñita no lo comprenderías.
La estrellita no respondió a su madre pero se sintió muy herida al escuchar cómo está la consideraba sólo una pequeñita ignorante. Así que la menuda estrellita planeó un escape y cuando su preocupada madre notó su ausencia ya era demasiado tarde:
—¡Adiós, mami! prometo regresar pronto.
Y así fue como nuestra estrellita llegó a la Tierra: —¡Que hermoso lugar! no entiendo como mami, no me permitía venir acá.
Cuando estrellita se decidía por ver más, descubrió la risa de los niños.
—¡Que hermoso sonido! ¡Me hace cosquillas! Así que esos son los pequeños humanos, al igual que yo son traviesos y están descubriendo nuevas cosas.
La estrellita sabía que no podía bajar a la Tierra a jugar, pero se conformaba con ver desde lejos toda aquella diversión. Pero justo en ese momento, sucedió un acontecimiento de lo más extraño: dentro de la Tierra se mostraba un mundo invisible para los ojos humanos pero que estrellita pudo observar.
Ella en un comienzo se asustó mucho pero luego vio a alguien dentro de este mundo: ¡era un niño! al igual que los otros que reían y jugaban, solo que este estaba triste y solo. Dentro de este mundo los recuerdos del niño se proyectaban como una película en una pantalla gigante. Entre las escenas se veía como los otros niños felices le molestaban mucho, se burlaban de él por ser diferente y lo trataban muy mal. Estrellita lloró y una de sus lágrimas se derramó en la línea que dividía estos dos mundos y al instante una pequeña brecha se abrió. Por esta brecha entró una niña muy feliz y se dirigió hacia el niño:
—¡Juguemos juntos! no es bueno que estés aquí solo. Seamos buenos amigos. Mi nombre es Violeta ¿cuál es el tuyo?
—Me llamó Fernando, ¿Porque quieres ser mi amiga? yo... estoy bien aquí...
—¿y porque no habría de quererlo? Quiero conocerte Fernando, me agradas. Estoy seguro que a mis amigos también les agradaras.
La estrellita se sorprendió por todo aquello y vio como luego de un rato ambos niños salían del mundo invisible tomados de las manos, para luego ir a jugar con otros niños. Las risas de Fernando le hicieron muchas cosquillas.
Entonces estrellita decidió seguir paseando por este mundo y descubrió a Sofía, una niña que tenía muchas heridas en su cuerpo pero aún más en su corazón; conoció a Luis, un chico solitario sin padres; también vio a Rosa, una niña que siempre veía a sus padres gritándose y por ultimo a Joaquín, un niñito que trabajaba contra su voluntad.
La pequeña estrella decidió dar sus destellos más poderosos y muchas brechas gigantes surgieron entre los mundos. Gracias a ello una amable mujer sanó las heridas de Sofía y prometió protegerla de ahora en adelante; dos adultos que buscaban un hijo encontraron a Luis. Los padres de Magdalena notaron su sufrimiento y dejaron de discutir de esa forma. Y Joaquín no trabajo más, en su lugar comenzó a estudiar gracias al apoyo de adultos bondadosos. Estrellita decidió volver a su hogar:
—Hija, estuve muy preocupada por ti ¡pero mira que grande estas!
—mami, decidí crecer para ayudar a esos niños. Tenías razón la Tierra es muy hermosa pero existen cosas tristes y dolorosas en ella, pero la solución no es taparse los ojos para no verlas.
—Tienes razón. Tu le has puesto fin al dolor de muchos niños y en su lugar reína la alegría.
Y así es como estrellita sigue hasta nuestros días, intentando desaparecer todas esas barreras que dividen estos mundos. Pero ella no puede hacerlo sola, necesita mucha ayuda no sólo de estrellas sino de todas las personas que habitan el mundo visible. Porque ella quiere ver sonreír a todos los niños del planeta y que entre ellos no existan diferencias. También estrellita desea que los adultos vean la realidad de estos pequeños y no la ignoren. Que si existen adultos que hacen callar las risas de los pequeños sean detenidos inmediatamente. Porque ella sabe que la Tierra es muy hermosa y sus pequeños habitantes merecen disfrutarla.
FIN.