Hola, de antemano quiero decir que soy nueva y que me ha encantado su blog.
Sinfonía del amor
La tonada comienza suavemente, casi un suspiro musical; las manos del pianista bailan un lento vals sobre el teclado, esculpiendo una melodía naciente. A lo lejos se escucha el acompañamiento de una suave voz. Todo comienza a tomar forma y estructura, el pianista entrecierra sus ojos acariciando con sumo cuidado y pasión aquel hermoso instrumento; la voz que en un comienzo resultaba imperceptible se torna poderosa y llamativa, dirigiendo toda la atención a ella. El público se excita, les resulta hermoso aquel fantástico dúo: el afamado pianista extranjero y la hermosa mezzosoprano se complementan entre sí; creando y destruyendo cada nota musical.
Una historia de amor es lo que narra aquella ejecución brillante; una historia de amor que nunca han vivido ninguno de sus intérpretes. Incluso si la hermosa mezzosoprano parece completamente concentrada en sus altos y bajos, en realidad su mente se halla nublada de distracciones.
«Feliz día de San Valentín para nosotros. Una completa burda comercial montada cada catorce de febrero; una conspiración llena de chocolates, rosas, peluches, cartas y amantes secretos. La mayoría de muchachas de mi edad esperarían esta fecha con ansias para declarársele a la persona que aman; jamás sería capaz de expresar mis sentimientos y tu tampoco lo serias, soy demasiado orgullosa y tu demasiado distraído.
¿Sabes por qué elegí esta carrera? Porque me permite trabajar en soledad y no necesito confiar en nadie; la música siempre te enriquece, te llena de un éxtasis indescriptible y jamás te engaña ni es presuntuosa. Eso era lo que pensaba… pero al final me doy cuenta que siempre me encuentro apoyada en tus hombros, confiando y compartiendo; transformándonos en el sentir auditivo. Viviendo una mentira escenario tras escenario, ya que a tu lado jamás he sido capaz de cantar una canción sincera porque todas terminan en palabras románticas y nuestra relación es más fría que un tempano de hielo… pero realmente no comprendo, incluso si mi voz acompaña tu rápido tocar, jamás puedo alcanzarte con certeza. No soy capaz de hacer una canción que suene como la tuya, tu melodía, eso que se halla dentro de ti. Es lo que adoran de ti, es lo que adoro de ti; el momento en que compones una pieza y tu rostro muestra miles de expresiones y no puedes alejar tus manos del teclado. Lo que tanto busque una melodía maravillosa y sorprendente, ¿no lo has notado? Que desde entonces siempre me encuentro a tu alrededor, queriendo formar parte de tu mundo, queriendo compartir mi melodía contigo…queriendo proteger y atesorar ese tu encanto. Estúpido, ¿no? ¿Desde cuándo alguien tan torpe como yo aprendió a atesorar y proteger algo? Pensé que estaba bien viviendo sola, pero existen segundos infinitos como estos en los que me pregunto: “¿debería compartir junto a alguien todos estos sentimientos o me los guardo para mí misma?” es entonces cuando descubro que odio estar siempre sola. Pero si estuviera al lado de alguien terminaría lastimada, aunque ya es demasiado tarde para eso; me encuentro en un punto en el que es irreversible terminar con el corazón roto y caer…tengo miedo a caer muy bajo pero existen esos hermosos días en lo que tu sonrisa y los ademanes de tus manos al componer junto a mi falsas historias, me hacen tener esperanzas de que si llegara a caer tu lo harías junto a mí, tomados de la mano. ¿Quieres escuchar el deseo que le pedí a aquella estrella fugaz? Hacer este momento especial junto a ti, es todo lo que quiero.
Estoy cantando para ti, esta canción es para ti ¿no puedes oír mi voz? Te necesito. Quiero ser de utilidad para ti… sólo de esta manera mi corazón errante sería capaz de alcanzarte. Soy muy tonta en cuestiones como estas, ¿verdad? Pretendiendo que no pasa nada me he enamorado de ti. Algún día debería ser capaz de decirlo, ¿cierto? Decir… que yo… de una u otra manera siempre te he amado, consciente o inconscientemente. Un día como este sería un magnifico momento.»
…y la hermosa pieza llega a su fin. La sensibilidad transmitida rompe hasta los corazones más duros y todo el público aplaude con fervor mientras sus cuerpos tiemblan de emoción. La joven no presta atención al público, se halla ida contemplando al pianista; el muchacho llega a su última nota pero esta vez algo ocurre: levanta la cabeza y se encuentra con los ojos marrones de su compañera; el joven enmudece al instante. Ella no puede evitar tirar el micrófono en su asombro. Por primera vez ambos son capaces de darse cuenta de la persona tan especial que siempre estuvo a su lado.